EL ART DÉCO Y EL RACIONALISMO EN BUENOS AIRES

No podría cerrar el capítulo dedicado a las arquitecturas, que desde la griega, pasando por la romana, y obviando las inmediatamente subsiguientes, desemboqué en el Modernismo con el Art Nouveau a la cabeza. Utilizando los servicios del Internet, y en algunos casos mi propio archivo, recorrí parte de Europa, Asia, y América, de las que seleccioné sus capitales. Concluyendo en el Caribe insular con Santo Domingo y La Habana.

Pero resulta que mis asiduos viajes a la Argentina sirvieron para que le dedicara especial atención a su capital, Buenos Aires. Como en aquel entonces, todavía conservaba las energías necesarias para recorrer sus interminables avenidas, sus barriadas, y sus plazas, sin que las dolamas se interpusieran para que lograra extasiarme con su contenido arquitectónico, me sirvió para que me familiarizara con el mismo, y determinara lo importante que fueron los estilos Art Nouveau, Art Déco, y Racionalismo, que se encuentran en casi toda la ciudad.

En uno de mis últimos viajes adquirí un libro titulado “BUENOS AIRES ART DÉCO Y RACIONALISMO”, publicado por la misma editora del que fuera dedicado al Art Nouveau, que mencionara en mi lucubración dedicada a ese estilo. Y cuya lectura de ambos contribuyera a que me empapara de lo que me estoy refiriendo.

Portada del libro mostrando el vestíbulo del cine teatro Ópera, en la Ave. Corrientes de Buenos Aires, (1936).

Tal y como he leído en cada uno de los trabajos que me han servido de comodín para poder expresar lo que he querido, sin que yo tuviera los conocimientos necesarios para hacerlo por mi cuenta, el movimiento Art Déco se expandió rápidamente por América como lo había hecho por Europa, Asia y África.

A continuación unos cuantos párrafos de un interesante trabajo que encontré en el Internet. Y cuyas explicaciones podrán servir para que el lector pueda familiarizarse más con el tema.

“En Bueno Aires el Art Déco, un estilo que marcó un antes y un después en diseño y ornamentación de su arquitectura, vino con los inmigrantes de las colectividades que arribaron a principios del siglo XX. Por otro lado, el clasicismo y el academicismo eran muy fuertes. Cuando en el ´20 se plantea la renovación de la ciudad, de la que Le Corbusier tratara, infructuosamente, de diseñar, se hallan los argumentos necesarios para desechar las formas anteriores y se adopta lo nuevo.

En el Palacio Errázuriz, actual Museo Nacional de Arte Decorativo, se da el primer hito del Art Déco porteño que es el Salón Sert en 1919. Hacia 1921, el trabajo está concluido y Buenos Aires ya mostraba un exponente del arte decorativo.

 

El arquitecto Alejandro Virasoro, que diseña y produce con su empresa  constructora desde petit hotels, edificios de renta, e institucionales, como el Banco Hogar Argentino, la Casa del Teatro, o la Fraternidad de los Ferroviarios, es el realizador de edificios significativos, de diseño cuidado y refinado, con una base de composición volumétrica académica pero incluyendo todos los motivos del lenguaje del Art Déco: recuadros, zigzags en molduras y perfiles, herrería con dibujos geométricos.

     

Como Virasoro, entre  los arquitectos y constructores de la ciudad y del interior se destaca la obra del Ing. Salamone, se utilizaron  las sobrias líneas del Déco y las yuxtapusieron a variables arquitectónicas ya consolidadas. Hasta las casas chorizo con  revoque símil piedra exhibieron paneles decorativos con flores fosilizadas, triángulos con arcos y otras formas geométricas. El Art Déco, se hizo  popular.

Arquitectos como Sánchez-Lagos-de la Torre utilizaban en sus edificios el gótico, el Tudor y el Art Déco. Pero en 1934: el edificio Kavanagh fue la obra cumbre, resumiendo  la fusión del academicismo, el Déco y el Racionalismo. En el Art Déco argentino, no hay ejemplos netos, siempre hubo alguna fusión.

En Buenos Aires  numerosos ejemplares eligieron el Art Decó como medio de propaganda masiva. Buena cantidad de teatros y cines  se construyeron según sus parámetros, el Teatro Opera fue el máximo exponente.

 

  

   Balvanera Teatro Empire

Tal como he leído en cada uno de los trabajos que me han servido de comodín para poder expresar lo que he querido, sin que yo pudiera hacerlo todo por mi cuenta, el movimiento Art Déco se expandió rápidamente por América como lo había hecho por Europa, Asia y África.

Buenos Aires produjo con el Art Déco obras como las de Sánchez-Lagos-de la Torre de la escuela norteamericana. Con influencia de la arquitectura egipcia está el edificio Shell.”

 

Edificio Shell Buenos Aires.        

Como no podía ser de otra manera, el Art Déco se cuela además en edificios comerciales e industriales. Desde los pequeños frentes de boutiques y sus vidrieras diurnas y nocturnas, pasando por los hoteles como el “deco gótico” o los garajes -establecimientos de hormigón para autos-, hasta los mercados que tienen su apoteosis en el del Abasto, en una inédita síntesis greco-gótica. Cuando se inauguró esta catedral abastecedora su apariencia era religiosa y su espacio interior, casi místico.

El Abasto. 

El Art Déco se eleva a la altura de una superproducción multiestelar en el cine-teatro Ópera, construido en apenas ocho meses e inaugurado en 1936. Obra cumbre del gran arquitecto de los cines, el belga Albert Bourdon, fue la gema de la red de salas de Clemente Lococo (empresario cinematográfico y teatral que nació en Catanzaro, Calabria, Italia en 1893 y falleció en 1980 en Buenos Aires, Argentina), un verdadero “palacio de ensueño” que emulaba en fachada, foyer, y sala, al Cine Rex de París.

La imagen de la fachada evoca un palacio henchido, coronado por una tiara y engalanado con frisos brillantes como alhajas, y por debajo una inquietante marquesina. Este reluciente hall -con revestimientos abstractos, construcciones lumínicas y escaleras sobreactuadas- busca prologar las ensoñaciones de la sala, que cuenta con laterales tratados como variados paisajes arquitectónicos de estilo kitsch y consistencia escenográfica. El cielorraso que simula una gran vía láctea funciona como incitación a evadirse evocando el firmamento de las estrellas del cine. Estupendo ejemplo de Art Déco tardío, el eje París-Nueva York-Hollywood es la fórmula de referencia. Su exterior y los espacios principales participan de un juego formal y cromático muy efectista, al modo de un afiche tridimensional.

Estos efectos se potencian por el contrapunto que ofrece la sobria imagen del desafiante Gran Rex, inaugurado al año siguiente (1937), que comparte con el Ópera el privilegio de ser las máximas reliquias arquitectónicas nacionales de la edad dorada del cine. (Últimos párrafos de Fabio Grementieri para La Nación)

 

De Buenos Aires y del Art Déco podría pasarme más del tiempo previsto. Se, que París, Chicago, Nueva York, y otras ciudades europeas, es posible que se le adelantaran, pero aún así, quien las conoce puede decir, que a Buenos Aires hay que sacarle su comida aparte. Para los que piensan que estoy exagerando, aquí presento más imágenes, en las que aparecen algunas edificaciones dentro de su propio entorno, y un link que le llamará, poderosamente, la atención.

Cementerio de La Recoleta

De haberse llevado a cabo este desarrollo Buenos Aires hubiera dejado de ser lo que es.

Cuando termine de ver el link, si le interesa convencerse más continúe viendo los videos que se encuentran cuando este concluye.

https://www.youtube.com/watch?v=-StwLDk0HMM

Racionalismo: la utopía del progreso

Pasada la euforia del Art Déco, un estilo nuevo llega a Buenos Aires para depurar los excesos del eclecticismo y proponer una nueva modernidad funcional y minimalista, pero también evocadora de las tradiciones de una autenticidad. Por la época de finales de la Primera Guerra Mundial Buenos Aires venía bailando un desaforado eclecticismo hecho de innumerables ritmos europeos que ya combinaba con otros americanos para lograr un “tango arquitectónico” propio, salpicado por cortes y quebradas Art Déco. Justo antes de terminar la fiesta radical de los años veinte se presenta al baile de disfraces arquitectónico porteño una obra que hace escándalo. Desnuda como Josephine Baker en el escenario del teatro Astral. La casa de Victoria Ocampo en Palermo Chico es la declaración de una nueva y auténtica modernidad que se llamará “Racionalismo”. Y a ese futuro templo del Grupo Sur lo bendice de cuerpo presente nada menos que Le Corbusier, a pesar de que fuera diseñado y construido por un gran sacrílego como el clasicista Alejandro Bustillo. (Fabio Grementieri)

“La historia del Tabarís se cuenta a partir del champagne, cierto toque bacán, mucho cajetilla viendo a las coristas de la época, sugestivas piernas con media de encaje, humos de cigarrillos en el ambiente, cortinas que disimuladamente se cierran y tango, mucho tango del mejor. Con Troilo. Con Pugliese. Con la Merello. Y Josephine Baker en el escenario. Y Orson Welles, el Mono Gatica, y el periodista Manucho Mujica Láinez, asomándose de un palco para ver a los mejores números que venían de París.”Josephine Baker en compañía del General Perón y otros caballeros.

La Casa Curutchet es una vivienda unifamiliar diseñada por el arquitecto suizo Le Corbusier y construida en la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, entre los años 1949 y 1953. Después de varios fracasos intentando construir una obra en América del Sur, Le Corbusier estableció una fuerte relación con los profesionales latinoamericanos y mantuvo correspondencia regular con el argentino Amancio Williams, a quién le encargó inicialmente la construcción de la casa Curutchet. En 2016, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Sobre este proyecto dediqué una de mis lucubraciones en fecha 12 de junio de 2014.

La Casa Cruchet en Palermo.

  

Vivien Leight e Indira Gandi en compañía de Victoria Ocampo

https://manueldelmonte.wordpress.com/2014/06/12/le-corbusier/

La arquitectura racionalista se caracteriza por la desornamentación decorativa, la sinceridad de los materiales, y los volúmenes de geometría perfecta, cubos y prismas cuadrangulares. El racionalismo no pretende limitarse a construir edificios; es toda una nueva concepción de la ciudad como centro urbano, mercado y lugar de habitación. Sobre la primera hipótesis podemos decir que se cumple, ya que el arquitecto Alejandro Bustillo realizó la obra por un capricho de Victoria Ocampo y en contra de sus propias convicciones, es decir del estilo clasicista. El proyecto se efectuó con las características que Le Corbusier venía desarrollando hasta el momento, pero con un equilibrio entre tradición y modernidad”.

El edificio del A.C.A, ícono de la arquitectura racionalista enBuenos Aires

Aunque el plan perteneció al ingeniero Antonio Vilar, la obra fue realizada en conjunto con los arquitectos racionalistas del momento, y fue ejemplo de lo que se denominó en la época “nuevo monumentalismo”. La obra, ubicada en el barrio de La Recoleta, Buenos Aires, fue construida en 1942 como punto cumbre de un proyecto integral de la institución cuyas huellas aún perduran: el encuentro de nombres de fuste dentro de ese salón de la fama imaginario de arquitectos e ingenieros que embellecieron calles y avenidas porteñas.

Si eres arquitecto, o amante de la arquitectura moderna, o verdaderamente te interesa conocer más de los estilos Art Déco y Racionalista en Buenos Aires entra al link que aparece a continuación.

https://es.wikipedia.org/wiki/Categor%C3%ADa:Arquitectura_racionalista_en_Argentina

El Racionalismo también propone rascacielos de trabajo como el Comega y el Safico. Primeros en su tipo, son fruto de especiales condiciones de inversión, de aprovechamiento del terreno y de los códigos de edificación. Son también el resultado de la aplicación de moderna tecnología para uso flexible según las oscilaciones del inestable mercado de inicios de los años treinta.

 

 

 

 

 

EL ART DÉCO EN LAS ANTILLAS MAYORES (III)

Concluido un breve repaso internacional del Art Déco (1920-1939); hasta 1954 en algunos países, estilo que sobrepasó el de su antecesor Art Nouveau, producto de la paz renaciente, y el bienestar surgido de la post guerra del 14´, he querido dar una oportunidad a su establecimiento y desarrollo en las Antillas Mayores, de las que Cuba fue su máximo exponente en todo el área. Seguida algo lejano por la República Dominicana.

En esta oportunidad intentaré demostrar lo que he venido enunciando desde hace tiempo, consistente en la gran diferencia en muchos aspectos entre ambas naciones. Diferencias que se pueden advertir con facilidad en las edificaciones levantadas en sus respectivas capitales a partir de los inicios del Siglo XX. Y qué mejor que plasmando en imágenes algunos de los ejemplares que se edificaron a partir de entonces, acompañadas de breves comentarios de las mismas.

Como consecuencia de sus respectivas historias coloniales, al igual que de los inicios de sus períodos republicanos, así como de una Cuba de mayor tamaño y población, a la que llegara una impresionante inmigración europea, principalmente española, abundante en profesionales de la ingeniería y la arquitectura, dotados de los últimos adelantos en la materia, y que contribuyera a la formación de profesionales cubanos. Versus una nación que llevaba más de medio siglo dando tumbos de independencia, sumida en una constante descomposición social, política, y económica, y compuesta por las mismas personas que la habitaban, con el agravante de una constante invasión de sus vecinos del Oeste, considerados los más pobre y atrasados de América, y de una inmigración de ciudadanos (cocolos) procedentes de las Antillas Menores. Es ahí donde está contenida la mayor parte de la diferencia de una a la otra.

EL ART DÉCO EN SANT DOMINGO

Algo que siempre me ha llamado la atención de lo sucedido en mí país ha sido el hecho de que un grupo de dominicanos fuera a estudiar ingeniería y arquitectura, o a perfeccionarse, en universidades europeas, sin que los conocimientos adquiridos llegaran a plasmarse en las obras ejecutadas. Y sin que los recursos económicos y materiales empleados en estas fueran óbice para que se pudiera hacer algo mejor. Ya que en cada país los diseñadores y constructores de edificaciones han aprovechado los insumos con los que han contado para desarrollar verdaderas obras de arte.

Algunos de mis lectores dirán que yo estoy subestimando a los valores criollos, y a sus obras. A lo que yo les respondo diciendo, que cada cual tiene sus propios conceptos de la vida, y de los aconteceres de la misma. Y que esos son los míos. Aprovecharé algunas ilustraciones para señalar lo que he querido expresar.

Lo que pretendo puntualizar, con respecto al Art Déco, al igual que lo fuera con el Art Nouveau, es lo escaso y mediocre de la producción dominicana, exceptuando algunos ejemplares, frente a lo abundante y notable de la cubana. Más adelante encontrarán algunos ejemplos de ambos.

Deseo hacer constar, que la comparación que estoy haciendo no es con países más desarrollados que el nuestro, como podía ser el caso de Argentina o México, por ejemplo. Sino con uno de similares características, y cuya independencia se produjera más de cincuenta años después de la nuestra.

Uno de los arquitectos dominicanos que merece la pena recordar, y que no ha sido objeto analítico de su obra es Humberto Ruiz Castillo, quien nació en las Matas de Farfán, Municipio de la Provincia de San Juan de la Maguana, y estudió arquitectura en Bélgica. Y quien nos asombró con sus cátedras de geometría analítica en la Universidad. Su obra consistió, mayoritariamente, en la construcción de residencias particulares, y una que otra de índole civil y religiosa. Siendo la más conocida la Iglesia de San Juan Bosco en Santo Domingo, que tiende a ser una muestra de Art Déco muy simple, tanto exterior como interiormente. Otra obra en la que colaboró fue el Alma Mater de la Universidad de Santo Domingo, que llegara a ser conocida como la gallera.

  

En uno de estos apartamentos, desfigurados como casi todo lo antiguo en nuestro país, vivió su diseñador y constructor Ruiz Castillo con su familia. Al que yo acudía a visitar a su hijo, Félix Ruiz, mi vecino y compañero lasallista,

Otras obras de las que se conservan en Santo Domingo de la época en que se desarrolló un tardío Art Déco son:

  

El Edificio Saviñón (Octavio y Gloria Iglesias Molina), obra que puede ser catalogada como el mejor ejemplar del Art Déco dominicano. Seguida por la Casa Plavime (Leo Pou), ambas situadas en la calle El Conde de la Ciudad Colonial de Santo Domingo, cuya fachada es digna de admiración, no así sus interiores.

Banco de Reservas de la República Dominicana, obra construida en 1955 por Alexander Aeron. Es un gran volumen coronado por una cornisa de estrías curvas de marcado sentido Art Déco. Una fachada simétrica enfatiza el centro con portal monumental. Los interiores son de excepcional calidad espacial y estilística Déco, y se encuentran aun intactos.

Además de estas edificaciones existen unas cuantas casas particulares, que no obstante su relativa importancia no he querido dejar de incluir. Así como otras ya desaparecidas.

 

 

No quiero terminar con el tema del Art Déco en Santo Domingo sin dejar bien claro que mi concepto, relativamente poco importante del mismo, estubo basado en las condiciones políticas, económicas y sociales por las que atravesaba nuestro país durante las primeras décadas del pasado Siglo XX. Y lo que he llegado a sostener, comparativamente, es posible que se deba a mis vivencias por varios países de Europa y América. No en libros ni revistas dedicadas al tema. Algunos de los correspondientes a este último período me han dejado pensativo y, despojándome del patrioterismo que nada tiene que ver con la realidad de lo ocurrido, me ha permitido comunicarlo, responsablemente, como lo que he estado expresando en mi Página Web, y en colaboraciones en distintos medios.

En el link que aparece a continuación se puede hacer un repaso de los períodos arquitectónicos que ha vivido la ciudad de Santo Domingo. La historia de cada uno de los ejemplares mostrados ha sido mencionada por diferentes arquitectos y periodistas. Yo, por mi parte no he pretendido entrar en esos detalles.

https://manueldelmonte.wordpress.com/2015/10/18/indicativo-de-la-riqueza-o-pobreza-de-un-pais-y-ii/

EL ART DÉCO EN LA HABANA

Libertada a principios del Siglo XX (20 de mayo de 1902), y dispuesta a hacer lo que fuera necesario para conquistar y desarrollar su propio destino, los cubanos emprendieron una ardua tarea, que los condujo a conquistar uno de los cimeros lugares de Latino América. La riqueza que habían empezado a fomentar los cubanos durante el período colonial, aumentada por una formidable inmigración, compuesta por españoles de una diversidad de clase, que salían de sus lugares de origen huyendo de las condiciones desfavorables de subsistencia, permitieron que en la capital cubana se dieran las condiciones necesarias para que los períodos arquitectónicos de la época tuvieran un esplendor inusitado.

En mi anterior lucubración sobre el Art Nouveau expresé, aproximadamente, lo que entiendo había sucedido en la ciudad de La Habana, que me hizo hacer una atrevida comparación con Buenos Aires, Argentina. Siempre guardando las diversas proporciones entre ambas. En esta oportunidad pienso explayarme, dentro de lo posible, de lo ocurrido con el Art Déco.

Para iniciar esta presentación voy a comentar algo sobre el edificio Bacardí, uno de los mejores exponentes arquitectónicos del Art Déco de La Habana. Que ha sido considerado como una obra maestra de dicho estilo.

El edificio Bacardí, es una construcción situada en la Avenida Bélgica No. 261 entre Empedrado y San Juan de Dios, en la zona antigua de la ciudad de La Habana. El edificio, primero en construirse estilo Art Déco, fue encargado a los arquitectos Rafael Fernández Ruenes, Esteban Rodríguez Castell y José Menéndez, por la compañía Bacardí, S. A. Esta joya del Art Déco se terminó de construir en el año 1930, y en su momento fue la edificación más alta de la ciudad.

La estructura del edificio es de hormigón armado. Sus fachadas estan forradas de granito natural, terracota y ladrillos prensados. Su estructura está conformada por el cuerpo central que se va escalonando en su ascensión hasta llegar a la torre con cubierta a cuatro aguas que lo identifica, donde se ubicó el murciélago en bronce, símbolo de la empresa, sustentado por un poliedro de vidrio con armadura de metal que se ilumina desde dentro. El vestíbulo de entrada se decoró con mármol color rojo vino, ejemplificando el color de las mieles roneras.

Después del triunfo de la Revolución Cubana y las leyes de nacionalización llevadas a cabo por el nuevo gobierno socialista, las compañías extranjeras radicadas en la isla abandonan el país. El edificio Bacardí continuó desempeñándose como edificio de oficinas. A finales de la década del ’90 fue restaurado por la Oficina del Historiador de La Habana. En la actualidad continúa siendo utilizado  para los mismos propósitos..

  

 

  

Situado en la Calle 13 No. 108 esquina a L, el Vedado, el edificio López Serrano fue el más alto de la capital cubana hasta la construcción del Focsa, en 1956. Se comenzó a levantar en 1929, proyectado por los arquitectos Ricardo Mira y Miguel Rosich, y se inauguró en 1932. Su construcción respondió al encargo del Dr. José A. López Serrano, hijo de José López Rodríguez, el famoso “Pote, el del puente de Miramar.

Este primer “rascacielos” cubano, de estilo Art Deco, y de marcada influencia norteamericana, tiene diez pisos generales y cuatro en la torre. Sus vestíbulos tienen bellos pisos de terrazo y los muros enchapados en mármoles rojos de Marruecos. El estilo se extiende a las jardineras, plafones, puertas de los apartamentos y en las de los elevadores, fabricadas por Otis en plata-níquel, según diseño solicitado por los proyectistas.

En la Quinta Avenida del recién inaugurado reparto Miramar (1919) fue construida en 1927, inmediatamente después de su aparición en París, una elegante residencia con fachada esquinera propiedad de Francisco Argüelles, conocida como la Casa de los Arguelles, diseñada por José Antonio Mendigutía, igualmente de clara influencia francesa, con interiores de estilo Art Déco.

  

Juan Pedro Baro comenzó a levantar una mansión en el 1919, al costado de unaestrecha calle de la Avenida Paseo y la Calle 17, en el barrio el Vedado, inspiradas, exteriormente, en el estilo del Renacimiento italiano, construcción que marcaba un punto de giro en la arquitectura cubana moderna, constituyéndose en un nuevo y duradero desafío para la aristocracia. No obstante los interiores fueron tratados siguiendo la corriente Art Déco del momento. Los célebres arquitectos de la época Evelio Govantes y Félix Cabarrocas proyectan la obra.

Según cuenta la historia, el hecho real es que en 1926 el palacete sería ocupado por Catalina Lasa, una bella mujer con una historia de amor breve y realmente impresionante. Un exquisito obsequio que incluso, hoy se conserva, le hizo Juan Pedro a Catalina: Sembró en los jardines de la casa una rosa única, nacida de un injerto hecho por floricultores habaneros del jardín El Fénix, y bautizada con el nombre de la enamorada.

Ella enfermó dos años después de instalarse en el palacete y murió en la capital francesa en brazos de su marido desesperado, el 3 de noviembre de 1930. Tenía cincuenta y cinco años.

Existieron muchas especulaciones sobre la causa de su fallecimiento: El certificado de su muerte, archivado en el cementerio de Colón, relata una intoxicación por ingesta de pescado. Otros hablan de un fallo del corazón; mientras hay quienes creen en la posibilidad de una neumonía o cáncer de pecho.

  

Casa de la Juventud.

Para ver el contenido del link a continuación se debe presionar la tecla con una flecha que indica la derecha.

https://www.llamacuba.com/noticias/artes-decorativas.html

Cuando triunfa la Revolución en 1959, el bello lugar fue ocupado por la Casa de laAmistad Cubano- Soviética y posteriormente pasó a ser administrada por el Instituto Cubano de Amistad con los pueblos como la Casa de la Amistad.    

“El Arte Déco, es un auténtico capítulo de la Historia de la Arquitectura de Cuba. Y de esta forma ha sido plenamente reconocido en el Taller “Habana Deco”, (noviembre 15-18 de 2000), auspiciado por la Sociedad Art Déco de Nueva York, el Congreso Internacional de Sociedades Déco, y la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC).

¿Cómo y cuándo llegaron a La Habana, aparentemente tan lejana y periférica de los centros que monopolizan el “poder del arte”, estas innovaciones? La República de Cuba, en plena etapa neocolonial, debido a sus limitaciones constitucionales y de todo tipo, impuestas por la histórica Enmienda Platt, estaba en búsqueda de una “nueva imagen”. Por un lado, como símbolo debía diferenciarse, claramente, del que imperaba, hasta el 1º de enero de 1899, en la capital de la colonia española de la Isla de Cuba.

Con ese espíritu y ambiciones desmesuradas la burguesía habanera más culta, importó el Art Déco a La Habana inmediatamente después de su aparición en París. Era el “último grito de la moda” en el campo de las bellas construcciones. Entre los primeros Juan Pedro Baro, dueño de uno de los centrales azucareros más rentables por su eficiencia productiva y por ser nieto del Conde de Santa Rita, – catalán famoso en la Historia de Cuba miembro de la aristocracia colonial del ochocientos –, insertó elementos de Arte Déco en los interiores de su nueva vivienda en la calle Paseo, en el Vedado, la cual está en perfecto estado de conservación. Esta se encuentra fechada exteriormente en 1926; fue encargada a los arquitectos cubanos Evelio Govantes y Felix Cabarrocas, y contaba con diseños del francés René Lalique, interpretados en materiales valiosos y refinados: pasamanos de la escalera, luminarias, y otros detalles ornamentales en las habitaciones de los dueños.

A continuación paso a mostrar algunos ejemplares del Art Déco habanero.

  

  

   

Hotel Raquel

 

https://www.youtube.com/watch?v=aEiQQnwy0X8

 

 

 

ART DÉCO (II)

En mi anterior lucubración me referí al influjo del Art Déco en casi todo el mundo, señalando su impronta en los que tuvo mayor importancia. Recayendo en Francia, Inglaterra y Estados Unidos de Norte América, la primacía y abundancia. En … Continue reading

EL ART DÉCO

El Art Déco (también art decó o incluso art deco) fue un movimiento de diseño que se hizo popular a partir de 1920 hasta los finales de los años treinta (cuya influencia se extiende hasta la década de los cincuenta en algunos países) que influyó las artes decorativas tales como arquitectura, diseño interior, y diseño gráfico e industrial, también las artes visuales como pintura, grabado, escultura, la moda, y la cinematografía. Aunque solo duró algo más de dos décadas, marcó un nuevo estilo de vida que se ha prolongado hasta nuestros días.

El Art Déco es un estilo que impregnó la forma de vivir del período de entre guerras. Frente a las formas complicadas y abigarradas del Art Nouveau aparece la línea sobria y elegante, pura y limpia del Art Déco. Su funcionalidad lo hace muy atractivo para la decoración de casas de su época con un toque retro y a la vez vanguardista.

Este movimiento es, en un sentido, una amalgama de diversos estilos de principios del siglo XX y, a diferencia del Art Nouveau, se inspira en las Primeras Vanguardias. Las influencias provienen del constructivismo, del cubismo, y del futurismo, del propio Art Nouveau, del que evoluciona, y también del  racionalismo arquitectónico que surge en Europa tras la I Guerra Mundial. El Art Nouveau, que rompió con la contradicción y señaló el primer paso hacia la plasticidad de las líneas constructivas, derivó en ornamentalismo vacuo, por lo que a principios del siglo XX se originó una corriente que rechazaba dicho ornamento, y aprovechaba los descubrimientos de la llamada Segunda Revolución Industrial, cuyo objetivo era encontrar un camino intermedio entre la renuncia a la imitación de lo antiguo y a un excesivo tecnicismo uniformador.

Conjugando todos los propósitos racionalistas y funcionalistas de la arquitectura de la Revolución industrial, que habían encontrado su campo de experimentación entre 1890 y 1914, se formulan en la primera posguerra distintas opciones arquitectónicas de objetivos y métodos cercanos, con un repertorio formal con constantes relaciones hasta condicionar casi un estilo internacional que presenta similitudes con las vanguardias pictóricas, especialmente con el cubismo.

Los progresivos descubrimientos arqueológicos en el legendario Egipto marcaron asimismo su impronta en ciertas líneas duras y la solidez de las formas del Art Déco. Ciertos patrones de ornamento se han visto en aplicaciones bien disímiles: desde el diseño de interiores para teatros hasta de rascacielos como el Edificio Chrysler.

  

El Art Déco fue un estilo opulento, y su exageración se atribuye a una reacción contra la austeridad forzada producto de la Primera Guerra Mundial. De manera simultánea a una creciente depresión económica y al fantasma del acercamiento de la Segunda Guerra Mundial, había un deseo intenso por el escapismo. La gente gozó de los placeres de la vida y del Art Déco durante la era del jazz.

El Art Déco invadió todo el mundo de aquel complicado principio del Siglo XX, que acababa de dominar el Art Nouveau, gestándose, por lo menos parcialmente, como una reacción. Analizar los países en que más se desarrolló sería para los propósitos de esta simple lucubración una tarea tan difícil como fueron las anteriores. De ahí que me permitiré mencionar algunos de los más importantes.

En Francia, el gran estilo parisino “Art Déco”, que dominó los Salones anuales de las Artes Decorativas desde el fin de la primera guerra mundial hasta pasada la Exposición Internacional de 1925, se aplicó muy poco a la construcción de edificios.

  

Gran Bretaña puede reclamar para sí la condición de pionera del Art Déco aplicado a la arquitectura, gracias al estilo tardío de Charles Rennie Mackintosh. Sus diseños de 1916 para Derngate, una firma de Northampton, son una sólida combinación de motivos típicos Art Déco: líneas en zigzag, flechas, cuadrados superpuestos y formas geométricas planas. Durante los años veinte, en Gran Bretaña como en otras partes, el nuevo estilo fue el preferido para los edificios que no tenían ninguna tradición: garajes, centrales eléctricas, aeropuertos, cines, clubes sociales y piscinas, entre otros.

  

El Art Déco madrileño presenta algunas peculiaridades. Es, para empezar, de materiales humildes: ladrillo y revoco, salvo excepciones (el antiguo Banco de Vizcaya en la calle Alcalá o el Edificio Carrión). Otro de los rasgos que lo distinguen es la supremacía del recubrimiento pintado con varios colores, tendencia que venía tanto del fauvismo como del neoplasticismo. La solución del empañetado venía a disimular la pobre fábrica de ladrillo pero a cambio nos dejó una ciudad de fachadas coloridas y luminosas.

  

  

Los que permanezcan en Barcelona durante las vacaciones no se aburrirán. Podemos visitar de nuevo el Barrio Gótico, repetir rutas del modernismo; pero también admirar sus edificios Art Nouveau. Barcelona es conocida por ser una de las capitales del Modernismo, y creo que este eclipsa otro estilo, que a mi entender es magnífico, y que está representado en todas las artes de la ciudad. Me refiero al Art Déco, un arte que fue la contraposición al primero y que en su manifiesto estaba la reivindicación de las líneas geométricas.

 

  

El Art Déco fue fuente de inspiración para muchos de los edificios más emblemáticos de la ciudad de Nueva York. Los EEUU se convierten en la locomotora mundial de la economía y, con el tiempo, exportará su recién creado “American Way of Life” al mundo entero. Su ciudad más representativa, Nueva York, se transforma al ritmo trepidante del jazz, convirtiéndose en la ciudad símbolo de la modernidad. La construcción de edificios se dispara, ganando estos en altura: había nacido en Chicago un nuevo concepto urbano, el rascacielos. El estilo de estas nuevas construcciones, el Art Déco, llega a Nueva York vía París en la década de los años veinte, y casi de la noche a la mañana se convierte en el estilo de moda. En Nueva York el Rockefeller Center y el edificio de la Chrysler son apenas dos muestras.

  

 

  

Influencias del estilo Art Deco en el Diseño de Chicago en las décadas de 1920 al 1940  (Núñez, Silvia; Simbron, Tania)

Alrededor de las cuatro primeras décadas del Siglo XX, los Estados Unidos, recibieron un valiosísimo caudal migratorio de todo el territorio europeo.

Con la ola de inmigrantes, llegó también la diversidad cultural y artística más interesante de su historia. Obreros, artesanos, profesionales, entre los que se destacaron los ingenieros, científicos y arquitectos, se instalaron a lo largo del territorio norteamericano, poblando y transformando sus ciudades y pueblos.

El Art Déco irrumpió con su belleza, quebrando la mediocridad de las ciudades como Chicago, por ejemplo.

La ciudad de Chicago sufrió un incendio (1871) que la devastó. Como consecuencia de ello nació en las personas un espíritu fuerte que los impulsó a recrear una ciudad más dinámica y funcional. En la misma época comienza a desarrollarse un crecimiento demográfico significativo, consecuencia de las migraciones, lo que generó un aumento en los precios de los terrenos y una fuerte demanda de infraestructura.

Gracias al desarrollo industrial y tecnológico del momento, los arquitectos empiezan a utilizar materiales diferentes a los acostumbrados hasta ese entonces, permitiéndoles diseñar una nueva ciudad de rascacielos. Las formas de estos edificios fueron influenciadas por las tendencias europeas de esos años, siendo el Art Déco el estilo más aceptado y utilizado.

No obstante, Chicago desarrolla su propia visión del Art Déco conocido como el Stream Line. La elegancia y el glamour característico del Art Déco, instalado en el paisaje urbano de la ciudad es asimilado por la masa social y trasladado a su estilo de vida.

Los edificios y la arquitectura de Chicago han influido y reflejado la historia de la arquitectura  americana . El entorno construido de Chicago es un reflejo de la historia de la ciudad y el patrimonio multicultural, con edificios prominentes en una variedad de estilos por muchos arquitectos importantes. Debido a que la mayoría de las estructuras dentro del área del centro fueron destruidas por el Gran Incendio de Chicago en 1871 (la excepción más famosa es la Torre del Agua) Los edificios de Chicago se destacan por su originalidad en lugar de su antigüedad.

  

 

  

https://es.viator.com/es/7380/tours/Chicago/Chicago-Walking-Tour-Art-Deco-Architecture/d673-3173DECO?pref=02

Miami Beach (Estados Unidos) tiene una vasta colección de edificios Art Déco, con alrededor de una treintena de manzanas de hoteles y edificios residenciales de los años 20 a los 40. Que solo pudo lograrse gracias a un boom económico. En 1979, el distrito histórico Art Déco de Miami Beach fue incluido en el Registro Nacional de Lugares Históricos. Casi todos los edificios fueron restaurados y pintados nuevamente en sus tonos pastel, originales