No podría cerrar el capítulo dedicado a las arquitecturas, que desde la griega, pasando por la romana, y obviando las inmediatamente subsiguientes, desemboqué en el Modernismo con el Art Nouveau a la cabeza. Utilizando los servicios del Internet, y en algunos casos mi propio archivo, recorrí parte de Europa, Asia, y América, de las que seleccioné sus capitales. Concluyendo en el Caribe insular con Santo Domingo y La Habana.
Pero resulta que mis asiduos viajes a la Argentina sirvieron para que le dedicara especial atención a su capital, Buenos Aires. Como en aquel entonces, todavía conservaba las energías necesarias para recorrer sus interminables avenidas, sus barriadas, y sus plazas, sin que las dolamas se interpusieran para que lograra extasiarme con su contenido arquitectónico, me sirvió para que me familiarizara con el mismo, y determinara lo importante que fueron los estilos Art Nouveau, Art Déco, y Racionalismo, que se encuentran en casi toda la ciudad.
En uno de mis últimos viajes adquirí un libro titulado “BUENOS AIRES ART DÉCO Y RACIONALISMO”, publicado por la misma editora del que fuera dedicado al Art Nouveau, que mencionara en mi lucubración dedicada a ese estilo. Y cuya lectura de ambos contribuyera a que me empapara de lo que me estoy refiriendo.
Portada del libro mostrando el vestíbulo del cine teatro Ópera, en la Ave. Corrientes de Buenos Aires, (1936).
Tal y como he leído en cada uno de los trabajos que me han servido de comodín para poder expresar lo que he querido, sin que yo tuviera los conocimientos necesarios para hacerlo por mi cuenta, el movimiento Art Déco se expandió rápidamente por América como lo había hecho por Europa, Asia y África.
A continuación unos cuantos párrafos de un interesante trabajo que encontré en el Internet. Y cuyas explicaciones podrán servir para que el lector pueda familiarizarse más con el tema.
“En Bueno Aires el Art Déco, un estilo que marcó un antes y un después en diseño y ornamentación de su arquitectura, vino con los inmigrantes de las colectividades que arribaron a principios del siglo XX. Por otro lado, el clasicismo y el academicismo eran muy fuertes. Cuando en el ´20 se plantea la renovación de la ciudad, de la que Le Corbusier tratara, infructuosamente, de diseñar, se hallan los argumentos necesarios para desechar las formas anteriores y se adopta lo nuevo.
En el Palacio Errázuriz, actual Museo Nacional de Arte Decorativo, se da el primer hito del Art Déco porteño que es el Salón Sert en 1919. Hacia 1921, el trabajo está concluido y Buenos Aires ya mostraba un exponente del arte decorativo.
El arquitecto Alejandro Virasoro, que diseña y produce con su empresa constructora desde petit hotels, edificios de renta, e institucionales, como el Banco Hogar Argentino, la Casa del Teatro, o la Fraternidad de los Ferroviarios, es el realizador de edificios significativos, de diseño cuidado y refinado, con una base de composición volumétrica académica pero incluyendo todos los motivos del lenguaje del Art Déco: recuadros, zigzags en molduras y perfiles, herrería con dibujos geométricos.
Como Virasoro, entre los arquitectos y constructores de la ciudad y del interior se destaca la obra del Ing. Salamone, se utilizaron las sobrias líneas del Déco y las yuxtapusieron a variables arquitectónicas ya consolidadas. Hasta las casas chorizo con revoque símil piedra exhibieron paneles decorativos con flores fosilizadas, triángulos con arcos y otras formas geométricas. El Art Déco, se hizo popular.
Arquitectos como Sánchez-Lagos-de la Torre utilizaban en sus edificios el gótico, el Tudor y el Art Déco. Pero en 1934: el edificio Kavanagh fue la obra cumbre, resumiendo la fusión del academicismo, el Déco y el Racionalismo. En el Art Déco argentino, no hay ejemplos netos, siempre hubo alguna fusión.
En Buenos Aires numerosos ejemplares eligieron el Art Decó como medio de propaganda masiva. Buena cantidad de teatros y cines se construyeron según sus parámetros, el Teatro Opera fue el máximo exponente.
Balvanera Teatro Empire
Tal como he leído en cada uno de los trabajos que me han servido de comodín para poder expresar lo que he querido, sin que yo pudiera hacerlo todo por mi cuenta, el movimiento Art Déco se expandió rápidamente por América como lo había hecho por Europa, Asia y África.
Buenos Aires produjo con el Art Déco obras como las de Sánchez-Lagos-de la Torre de la escuela norteamericana. Con influencia de la arquitectura egipcia está el edificio Shell.”
Edificio Shell Buenos Aires.
Como no podía ser de otra manera, el Art Déco se cuela además en edificios comerciales e industriales. Desde los pequeños frentes de boutiques y sus vidrieras diurnas y nocturnas, pasando por los hoteles como el “deco gótico” o los garajes -establecimientos de hormigón para autos-, hasta los mercados que tienen su apoteosis en el del Abasto, en una inédita síntesis greco-gótica. Cuando se inauguró esta catedral abastecedora su apariencia era religiosa y su espacio interior, casi místico.
El Abasto.
El Art Déco se eleva a la altura de una superproducción multiestelar en el cine-teatro Ópera, construido en apenas ocho meses e inaugurado en 1936. Obra cumbre del gran arquitecto de los cines, el belga Albert Bourdon, fue la gema de la red de salas de Clemente Lococo (empresario cinematográfico y teatral que nació en Catanzaro, Calabria, Italia en 1893 y falleció en 1980 en Buenos Aires, Argentina), un verdadero “palacio de ensueño” que emulaba en fachada, foyer, y sala, al Cine Rex de París.
La imagen de la fachada evoca un palacio henchido, coronado por una tiara y engalanado con frisos brillantes como alhajas, y por debajo una inquietante marquesina. Este reluciente hall -con revestimientos abstractos, construcciones lumínicas y escaleras sobreactuadas- busca prologar las ensoñaciones de la sala, que cuenta con laterales tratados como variados paisajes arquitectónicos de estilo kitsch y consistencia escenográfica. El cielorraso que simula una gran vía láctea funciona como incitación a evadirse evocando el firmamento de las estrellas del cine. Estupendo ejemplo de Art Déco tardío, el eje París-Nueva York-Hollywood es la fórmula de referencia. Su exterior y los espacios principales participan de un juego formal y cromático muy efectista, al modo de un afiche tridimensional.
Estos efectos se potencian por el contrapunto que ofrece la sobria imagen del desafiante Gran Rex, inaugurado al año siguiente (1937), que comparte con el Ópera el privilegio de ser las máximas reliquias arquitectónicas nacionales de la edad dorada del cine. (Últimos párrafos de Fabio Grementieri para La Nación)
De Buenos Aires y del Art Déco podría pasarme más del tiempo previsto. Se, que París, Chicago, Nueva York, y otras ciudades europeas, es posible que se le adelantaran, pero aún así, quien las conoce puede decir, que a Buenos Aires hay que sacarle su comida aparte. Para los que piensan que estoy exagerando, aquí presento más imágenes, en las que aparecen algunas edificaciones dentro de su propio entorno, y un link que le llamará, poderosamente, la atención.
Cementerio de La Recoleta
De haberse llevado a cabo este desarrollo Buenos Aires hubiera dejado de ser lo que es.
Cuando termine de ver el link, si le interesa convencerse más continúe viendo los videos que se encuentran cuando este concluye.
https://www.youtube.com/watch?v=-StwLDk0HMM
Racionalismo: la utopía del progreso
Pasada la euforia del Art Déco, un estilo nuevo llega a Buenos Aires para depurar los excesos del eclecticismo y proponer una nueva modernidad funcional y minimalista, pero también evocadora de las tradiciones de una autenticidad. Por la época de finales de la Primera Guerra Mundial Buenos Aires venía bailando un desaforado eclecticismo hecho de innumerables ritmos europeos que ya combinaba con otros americanos para lograr un “tango arquitectónico” propio, salpicado por cortes y quebradas Art Déco. Justo antes de terminar la fiesta radical de los años veinte se presenta al baile de disfraces arquitectónico porteño una obra que hace escándalo. Desnuda como Josephine Baker en el escenario del teatro Astral. La casa de Victoria Ocampo en Palermo Chico es la declaración de una nueva y auténtica modernidad que se llamará “Racionalismo”. Y a ese futuro templo del Grupo Sur lo bendice de cuerpo presente nada menos que Le Corbusier, a pesar de que fuera diseñado y construido por un gran sacrílego como el clasicista Alejandro Bustillo. (Fabio Grementieri)
“La historia del Tabarís se cuenta a partir del champagne, cierto toque bacán, mucho cajetilla viendo a las coristas de la época, sugestivas piernas con media de encaje, humos de cigarrillos en el ambiente, cortinas que disimuladamente se cierran y tango, mucho tango del mejor. Con Troilo. Con Pugliese. Con la Merello. Y Josephine Baker en el escenario. Y Orson Welles, el Mono Gatica, y el periodista Manucho Mujica Láinez, asomándose de un palco para ver a los mejores números que venían de París.”Josephine Baker en compañía del General Perón y otros caballeros.
La Casa Curutchet es una vivienda unifamiliar diseñada por el arquitecto suizo Le Corbusier y construida en la ciudad de La Plata, capital de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, entre los años 1949 y 1953. Después de varios fracasos intentando construir una obra en América del Sur, Le Corbusier estableció una fuerte relación con los profesionales latinoamericanos y mantuvo correspondencia regular con el argentino Amancio Williams, a quién le encargó inicialmente la construcción de la casa Curutchet. En 2016, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Sobre este proyecto dediqué una de mis lucubraciones en fecha 12 de junio de 2014.
La Casa Cruchet en Palermo.
Vivien Leight e Indira Gandi en compañía de Victoria Ocampo
https://manueldelmonte.wordpress.com/2014/06/12/le-corbusier/
La arquitectura racionalista se caracteriza por la desornamentación decorativa, la sinceridad de los materiales, y los volúmenes de geometría perfecta, cubos y prismas cuadrangulares. El racionalismo no pretende limitarse a construir edificios; es toda una nueva concepción de la ciudad como centro urbano, mercado y lugar de habitación. Sobre la primera hipótesis podemos decir que se cumple, ya que el arquitecto Alejandro Bustillo realizó la obra por un capricho de Victoria Ocampo y en contra de sus propias convicciones, es decir del estilo clasicista. El proyecto se efectuó con las características que Le Corbusier venía desarrollando hasta el momento, pero con un equilibrio entre tradición y modernidad”.
El edificio del A.C.A, ícono de la arquitectura racionalista enBuenos Aires
Aunque el plan perteneció al ingeniero Antonio Vilar, la obra fue realizada en conjunto con los arquitectos racionalistas del momento, y fue ejemplo de lo que se denominó en la época “nuevo monumentalismo”. La obra, ubicada en el barrio de La Recoleta, Buenos Aires, fue construida en 1942 como punto cumbre de un proyecto integral de la institución cuyas huellas aún perduran: el encuentro de nombres de fuste dentro de ese salón de la fama imaginario de arquitectos e ingenieros que embellecieron calles y avenidas porteñas.
Si eres arquitecto, o amante de la arquitectura moderna, o verdaderamente te interesa conocer más de los estilos Art Déco y Racionalista en Buenos Aires entra al link que aparece a continuación.
https://es.wikipedia.org/wiki/Categor%C3%ADa:Arquitectura_racionalista_en_Argentina
El Racionalismo también propone rascacielos de trabajo como el Comega y el Safico. Primeros en su tipo, son fruto de especiales condiciones de inversión, de aprovechamiento del terreno y de los códigos de edificación. Son también el resultado de la aplicación de moderna tecnología para uso flexible según las oscilaciones del inestable mercado de inicios de los años treinta.